El arte como camino para hacer visible lo invisible

El sonido tiene como complemento el silencio, el volumen tiene como complemento el vacío. El sonido y el silencio pertenecen a la noción del tiempo, el volumen y el vacío pertenecen en cambio a la noción del espacio. Lo visible de la creación esconde lo invisible de la misma.

Nuestros sentidos solo captan lo visible, el objeto; son nuestro espíritu, nuestra sensibilidad, nuestra intuición lo que nos hace captar la parte invisible de la creación, que sin embargo, existe con la misma fuerza de lo visible. Esta noción esta ligada a la noción del alma. Lo visible y lo invisible de la creación forman la armonía total, que representa a su vez la ley de la unidad.

¿Que  medios  tenemos a nuestro alcance mediante los cuales podríamos hacer visible lo invisible?

En primer lugar es fundamental  poder conseguir encontrarnos con cierta actitud de inocencia, adoptar una conducta que nos convierta en seres más receptivos, más atentos; con una actitud que nos coloque prácticamente en un estado de “inocencia primordial” para poder percibir lo sutil y descifrar el lenguaje de lo inexpresable.

Es fundamental poder eliminar el control de la razón con sus mecanismos esquemáticos que conforman un sistema de elementos deformados y convencionales que no son otra cosa que una barrera que nos impide el acceso a lo más profundo de nuestro espíritu.

No se trata de negar la realidad, simplemente es un proceso para poder descubrir lo “maravilloso” y afirmar la amplitud de lo real, que abarca tanto al mundo visible al cual accedemos mediante nuestros sentidos y al mundo invisible, que abre a lo maravilloso.

Es similar a una búsqueda iluminadora que de alguna manera se aproxima a una experiencia mística donde se hace presente un estado de gracia que abre la percepción para permitir un acercamiento a la unidad.

El arte en todas sus formas de expresión es un instrumento fundamental para lograr reforzar la voluntad de penetrar de manera absoluta en la apreciación de la vida, una manera de explorar y llegar a percibir aunque más no sea en mínimos atisbos la unidad que existe entre lo visible y lo invisible. Para que esta unidad exista debe existir una composición exacta, una participación justa y equilibrada. Al transponerla en una obra de arte, aparecerán justamente esas adecuadas «relaciones entre las cosas». Si se logra esta unidad, se coincidirá entonces con las leyes de la naturaleza, que no fallan nunca, se tendrá conciencia de integrar, de formar parte, de responder a esa armonía suprema. Esta unidad, esta armonía, no es otra cosa que la expresión de la verdad.

Todo esto forma parte del proceso de liberación del hombre, una libertad que debería comenzar por la independencia espiritual para de esa manera poder ubicar al ser humano en un nivel de conciencia más elevado, posibilitando un vertiginoso y profundo viaje al interior del espíritu.

Se tendrá entonces la posibilidad de despertar y hacer visibles los paisajes que no se ven, asomando de esa manera a una comprensión que hasta ese momento no estaba presente.

Me refiero a “comprensión”, no a “conocimiento”, hago esa aclaración porque es inevitable que habrá infinitos conocimientos que no estarán a nuestro alcance. La comprensión posibilitara que confiemos y nos entreguemos al misterio para  de esa manera poder percibir la unidad y poder en consecuencia estar en paz.

Tomas Casares

http://tomascasaresfotografias.blogspot.com/

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